A veces, el entusiasmo del directo, la falta de coordinación o un suelo resbaladizo pueden hacer que un cantante, en el punto álgido de su actuación, se dé de bruces contra el suelo. Ya le sucedió en el pasado a artistas como Christina Aguilera o Lady Gaga, y ahora le ha tocado a Rihanna, quien, durante un concierto ofrecido en Edmonton, Canadá, tropezó y estuvo a punto de comerse el suelo.
La caída en sí no supuso daño alguno, pero el hecho de que la voz de la de Barbados siguiera sonando mientras caía y trataba de levantarse evidenciaron que estaba haciendo playback, lo cual ha suscitado críticas por parte de un sector de sus fans.
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